Sábado de la II semana del Tiempo ordinario

Primera Lectura Heb 9, 2-3, 11-14

Hermanos: En la antigua alianza, el santuario estaba dispuesto de tal manera, que en una primera tienda, llamada el “lugar santo”, se hallaban el candelabro y la mesa con los panes sagrados; separada por un velo, había una segunda tienda, llamada el “lugar santísimo”.

Al “lugar santo” entraban los sacerdotes todos los días para celebrar el culto; pero al “lugar santísimo” entraba una vez al año el sumo sacerdote, él solo, llevando consigo sangre de animales para ofrecerla en expiación por sus propios pecados y por los del pueblo.

Ahora bien, cuando Cristo se presentó como sumo sacerdote que nos obtiene los bienes definitivos, penetró una sola vez y para siempre en el “lugar santísimo”, a través de una tienda, que no estaba hecha por mano de hombre, ni pertenecía a esta creación. No llevó consigo sangre de animales, sino su propia sangre, con la cual nos obtuvo una redención eterna.

Porque si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y las cenizas de una ternera, cuando se esparcían sobre los impuros, eran capaces de conferir a los israelitas una pureza legal, meramente exterior, ¡cuánto más la sangre de Cristo purificará nuestra conciencia de todo pecado, a fin de que demos culto al Dios vivo, ya que a impulsos del Espíritu Santo, se ofreció a sí mismo como sacrificio inmaculado a Dios, y así podrá purificar nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para servir al Dios vivo!

Salmo Responsorial 46, 2-3. 6-7. 8-9

R. (6) Entre voces de júbilo; Dios asciende a su trono.
Aplaudan, pueblos todos;
aclamen al Señor, de gozo llenos,
que el Señor, el Altísimo, es terrible
y de toda la tierra, rey supremo. 
R. Entre voces de júbilo; Dios asciende a su trono.
Entre voces de júbilo y trompetas,
Dios, el Señor, asciende hasta su trono.
Cantemos en honor de nuestro Dios,
al rey honremos y cantemos todos. 
R. Entre voces de júbilo; Dios asciende a su trono.
Porque Dios es el rey del universo,
cantemos el mejor de nuestros cantos.
Reina Dios sobre todas las naciones
desde su trono santo. 
R. Entre voces de júbilo; Dios asciende a su trono.

Aclamación antes del Evangelio Cfr Hechos 16, 14

R. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.
R. Aleluya.

Evangelio Mc 3, 20-21

En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.

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Lectionary for Mass for Use in the Dioceses of the United States, second typical edition, Copyright © 2001, 1998, 1997, 1986, 1970 Confraternity of Christian Doctrine; Psalm refrain © 1968, 1981, 1997, International Committee on English in the Liturgy, Inc. All rights reserved. Neither this work nor any part of it may be reproduced, distributed, performed or displayed in any medium, including electronic or digital, without permission in writing from the copyright owner.

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